domingo, 22 de mayo de 2016

Pedro González, in memoriam.

El pasado fin de semana sufrimos la pérdida de un hombre coherente, comprometido con las tierra, con nuestra gente. Pedro González tenía las ideas claras sobre nuestra sociedad, y vivía el compromiso para defenderlas. Hace años nos encontramos en ese camino, en una época en la que los mimbres de la democracia estaban verdes, cuando a veces te trataban como a un delincuente por defender ideas de justicia para esta tierra y su gente.



El vertedero en Montaña del Aire fue un ejemplo de ese compromiso. Pedro defendía que tenían que contar con el visto bueno del municipio, mientras el gobernador civil intentó reprimir al primer ayuntamiento democrático mediante las fuerzas de seguridad, que estaba apoyado por los vecinos y los otros colectivos que no creíamos que fuera el lugar más adecuado, dada la existencia de un acuífero subterráneo fácil de explotar bajo las lavas de la dorsal.

La huelga de hambre que protagonizó al frente de un grupo de concejales fue una luz que disparó la reacción ante el autoritarismo del señor Rebollo, heredero de las formas del franquismo. Pedro daba lecciones de democracia, rompía con el barniz de formalismo burocrático que tanto daño ha hecho en esta tierra.

Más allá de lo sucedido hace ya más de treinta años, la democracia no se puede limitar a cumplir con el trámite de las elecciones cada cuatro años. Hay muchos problemas de nuestra sociedad que requieren soluciones a más largo plazo, que necesitan de acuerdos transversales que superan el sectarismo partidista.

Sobre el acuífero de Los Rodeos se depositaron más de 80.000 toneladas de basura hasta que Pedro y otros lo paramos. Hoy procede de ahí el 35% del agua que consumimos en La Laguna, y que abastece en gran parte a Tegueste, El Rosario y a partes de Santa Cruz. De ahí extraemos unos 430 m3 de agua de por hora, con una calidad superior a la de muchas galerías de zonas volcánicas recientes.

Necesitamos superar los enfrentamientos, y buscar soluciones y compromiso entre todos. Más allá de programas electorales y promesas vacías, nuestra gente sufre grandes problemas en un mundo en constante cambio que requieren soluciones viables, realistas y a largo plazo. Busquemos la participación de ciudadanos, organizaciones y partidos, los acuerdos comprometidos deben fortalecer a la democracia, no debilitarla.

Sean éstas líneas de homenaje y respeto a un hombre comprometido, que escuchaba y buscaba consenso. El diálogo de sordos, las líneas rojas y las ideas inamovibles son otras caras del autoritarismo. La democracia se nutre de la participación, el acuerdo y sobre todo del compromiso por el bien común de los seres humanos. 

In memoriam.

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