domingo, 26 de junio de 2016

Taborno: campesinos y territorio

El sábado pasado, 25/06/2016, presentamos en Taborno un libro sobre dicho caserío. Es un documento cargado de vivencias, no solo de ese poblado que hace de atalaya en Anaga, sino que en él se presenta información de aspectos básicos de un territorio poco afortunado por la naturaleza. Tenemos suerte de los "aportes" de un maestro de la tierra, de gran conocimiento sobre la cultura oral a lo largo de casi 100 años. Don Francisco Alonso (Paco Rolero) es un libro abierto que hemos tenido la fortuna de encontrar gracias a dos profesionales que han hilvanado un documento cargado de vivencias y sabiduría popular, ya que Ulises Martín y María del Carmen Pío han conseguido familiarizarse con don Paco y el territorio para aportar una cuidada información que familiariza con el ayer y el hoy y desgrana aspectos básicos de cultivos, pajares, cuevas, viviendas, ganadería, agua y manantiales, monte y usos ...

Taborno es una atalaya desde la que podemos contemplar los roques de Anaga, al naciente, y el roque de Tenejía, al poniente, y jugó un papel central, como lo ponen de manifiesto los cochineros de Icod El Alto que operaban desde Taborno hasta el resto de Anaga con anterioridad a la carretera. El libro es un documento vivo sobre la población y los usos de los recursos, en un territorio poco afortunado dada la topografía y los límites en suelo y agua. Como consecuencia, en la producción de alimentos, por la presión demográfica, el gofio y las papas eran dos prioridades en la alimentación, bienes básicos ya que, si no había gofio y papas, el hambre obligaba a recurrir a la búsqueda de alimentos tan problemáticos para nuestro estómago como los cogollos de zarzas, los bicácaros, helechos, creces ... Nos dice don Paco que no hay comida mala con hambre. En este aspecto, nos explica la actividad ganadera, no solo de cabras y cochinos, sino sobre todo de vacuno pastando, labrando y trillando en las eras de Taborno, eras que ponen de manifiesto una cultura del esfuerzo y el trabajo para sobrevivir en un medio áspero y problemático: las laderas de Taborno.

Hemos de destacar el cultivo de la papa y el trigo como algo básico en las tierras labradas y haciendo una rotación a dos hojas con un complemento en el otoño con legumbres, para enterrar verde ante la siembra del trigo o de la papa. Era como se mantenía la fertilidad de la tierra, ya que los abonos químicos son de los últimos 40 años y el estiércol no era abundante, solo de vacuno. El monte y las relaciones con éste son un capítulo rico: carbón, cisco, madera, leña, útiles de labranza, cortes, sistemas impuestos de entresaca y los que sabe don Francisco. En el corte a matarrasa, nos da una lección, como referencia que mantiene y conserva en mejores condiciones la estabilidad de los montes porque la entresaca potencia la implantación.de unas especies sobre otras y altera la diversidad de éstos. Nos sitúa en los problemas sociales y ambientales sobre medianería, propiedad de la tierra, situación en la Guerra Civil, problemas del agua, fielato en Las Mercedes, emigración, construcción de la primera escuela. Don Paco, Ulises y María nos presentan un documento vivo que dignifica a Anaga y a sus gentes. El libro es una lección en la gestión de un territorio, de su cultura y su maestro.

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