domingo, 19 de junio de 2016

Los plátanos y La Palma

El sábado de la semana pasada celebramos la junta de la Cooperativa de Agricultores Guanches, entidad que, con algo más de mil socios, representa en tomo al 12% de todos los agricultores plataneros de Canarias y es una referencia social en el campo palmero, ya que la media en kilos por agricultor no alcanza las 20 toneladas, mientras que el promedio insular se sitúa en 35. Esta situación pone de manifiesto que la crisis que vive el campo palmero, con precios en el presente año que no superan los 0,30 euros de media (lo que percibe el cosechero), obliga a los plataneros a depender sobre todo de las ayudas de la UE como ingreso básico, ya que lo obtenido por la fruta no cubre los costes de producción.

Fue una asamblea con buena participación, con debates acalorados, dada la situación que sufre el campo y la preocupación y los interrogantes que tenemos, no solo mirando al futuro, sino en la vida de cada día, ya que la crisis se agrava, como ponen de manifiesto las cifras de kilos e ingresos del año pasado. En una lectura de Asprocan, los plátanos están bien, sufren un bache tradicional, coyuntural, y solo hemos tenido un exceso de producción; además, el mercado se regula solo. Esta misma cooperativa se solidarizó con Francisco Rodríguez Noguerón, con su propuesta hoy apoyada por los colectivos que defienden el futuro del plátano, con criterios propios de profesionales y además solidarios, con gestión conjunta de la oferta y con la utilización de caja y marca Plátano de Canarias, un asunto asumido y entendido por la asamblea.

Somos más pobres en esta cooperativa, pues los datos son contundentes. Si comparamos las cifras de 2014 y 2015, por los 19 millones de kilos de 2015 obtuvimos casi un millón y medio de euros menos que en 2014, con 17,65 millones de kilos. Es decir, 0,12 euros menos por kilo en 2015. Valga como referencia que en 2015 inutilizamos 800.000 kilos en dicha cooperativa, y que este año ya hemos superado dicha cifra; es decir, que 2016 indica que la cosa no mejora; todo lo contrario, somos este año más pobres que en 2015.

Entendemos que el futuro de los plátanos está en hacer las cosas de otra manera, tanto en el plano profesional como en el político, asumiendo criterios de solidaridad y unidad en el sector y rompiendo con el actual lastre del individualismo y los enfrentamientos de familia. El futuro de los plátanos depende básicamente de agrupamos con bases profesionales y solidarias que eliminen cortacircuitos internos y que nos hagan más solventes en los mercados y eliminen costes inútiles. En la asamblea se planteó que Asprocan y el consejero de Agricultura tienen la obligación de evitar que este sector deje la vera del precipicio y se aleje del peligro.

Tengamos presente que los agricultores de La Palma han obtenido 16 millones de euros menos en 2015 frente a 2014, si tomamos como referencia los ingresos de dicha cooperativa, mientras que los consumidores no han tenido plátanos más baratos en la Peninsula. La unidad es básica en estos momentos. La asamblea también valoró la buena gestión del equipo que dirige la cooperativa como entidad solvente y saneada.

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