domingo, 30 de marzo de 2014

AGUA: LO PÚBLICO Y LO PRIVADO

Leemos unas declaraciones de responsables políticos del PSOE en Tenerife, sobre los problemas del agua en la isla y con posibles expropiaciones a los que han construido las galerías y pozos como solución. Es bueno que sepamos que en esta isla se han construido más de 1000 galerías con 1800 kilómetros perforados y un número significativo de pozos, canales y otras infraestructuras que se han realizado con el ahorro de nuestra gente, ante la falta de compromiso por la administración pública que ha estado ausente en la historia reciente de estas islas, es más en 1940 a penas disponía de agua corriente el 10% de la población, pues el consumo urbano se situaba en 30 hm3/año, mientras hoy supera los 260 hm3/año, situación esta que debe hacernos reflexionar sobre la mejora de la calidad de vida de nuestra pueblo, tema este, que se debe a los que han alumbrado el liquido elemento y a un compromiso por parte de las Instituciones Canarias; Ayuntamientos, Cabildos y Administración Autonómica y últimamente el Estado y la UE, en mejorar infraestructuras hídricas en las islas, es decir el agua corriente ha dejado de ser para una minoría urbana y afortunadamente disponemos del liquido elemento en más del 98% de las viviendas de las islas.

El agua es algo más que mercancía, por ello en los momentos actuales se impone un uso más justo y razonable de un bien escaso y tan valioso para la salud y el bienestar de la población, por ello estamos totalmente de acuerdo que el interés público ha de primar sobre cualquier otro interés, es decir un mínimo de litros por hab/día sin tener en cuenta por supuesto el bolsillo de los ciudadanos, sin embargo lo que está ocurriendo en España y en Canarias tiene otro lectura, según parece el año que termina se le ha cortado el agua a más de 400.000 familias y lo que es peor, todavía no se ha establecido un mínimo de litros por hab/día y un compromiso con aquellas familias que tienen dificultades para pagar el recibo del agua, es más el tema de empresas públicas y privadas tiene distintas lecturas, puesto que aquí se habla de los “agua mangantes” para aquellos que hicieron las galerías y los pozos, sin embargo se le está entregando la gestión de las aguas en nuestros municipios a multinacionales que cotizan en bolsa y que cuando las cosas les dejan de ser rentables o tienen problemas de inversión, hacen cosas como la que está ocurriendo en el Puerto de La Cruz, es decir agua que tiene calidad para los vecinos de Los Realejos, La Orotava o parte del Puerto de La Cruz, por problemas de infraestructuras locales y quien las pagan lo sufren los vecinos, es decir lo público y lo privado en este caso lo pagan los más débiles.
En España, en estos momentos un 50% del abastecimiento urbano esta en empresas privadas y ha dejado de ser gestionado por sus respectivos ayuntamientos, situación que se complica en el mantenimiento de las depuradoras y de todas las infraestructuras de abastecimiento que en muchos casos sean públicas o privadas no tienen la mejor gestión, optimizando un recurso limitado como es el agua (a diferencia de Paris que parece ser que ha vuelto a la gestión pública el abastecimiento urbano de sus vecinos). Se impone una buena gestión del agua bien sea pública o privada, valga como referencia;  lo que nos dicen que de los más de 1500 millones de euros que ha puesto la Unión Europea en los últimos años para desaladoras en España solo funciona un 20%, tema este que se complica en Canarias por la falta de inversiones por la Administración Central en la construcción de desaladoras o/y depuradoras. Es en este plano en el que creemos, que está el fondo de la problemática en Canarias puesto que hay un deterioro en la producción de aguas subterráneas, ya que hemos pasado de 460 Hm3 en 1973 a 290 Hm3 en 2012, demandando en estos momentos unos 200 Hm3 de agua desalada de mar, es en este plano en el que entendemos que las inversiones públicas y privadas han de ser complementarias, en la que los ayuntamientos como institución pública han de jugar su papel, al igual que las comunidades de agua y comunidades de regante, ya que la agricultura ha perdido 20.000 hectáreas de regadío en los últimos años y necesitamos su potencialización y por otra parte, la buena gestión del agua ha de imponerse sobre el interés mercantil a corto plazo, de ahí que entendemos que las multinacionales no son las mejores gestoras de agua, pues es una contradicción que en la tierra en la que hemos construido más de 4000 pozos y 1400 galerías tengamos que recurrir a multinacionales para que lean el contador y hagan un mantenimiento de la red urbana, es aquí donde entendemos que ha de cambiar la filosofía imperante sobre el agua en Canarias.
Por lo tanto, necesitamos capitalizar al sector tanto en inversiones económicas como en cambio de mentalidad, en el uso y en los valores de la gestión del liquido elemento en estas islas y en consecuencia en una revalorización del trabajo, del esfuerzo y de la solidaridad con los que han construido gran parte de las infraestructuras que hoy disfrutamos y que necesitamos renovar con recursos económicos e ilusiones, en unas generaciones que se han alejado de la problemática de las aguas, en un territorio en el que siempre la escases fue dominante, pues no podemos pensar que nuestras galerías y pozos en muchos casos a penas tienen gestión o en la que muchos aljibes se han convertido en garajes o en la que las piscinas o campos de golf, le resten agua a la agricultura sin ningún tipo de solidaridad con el hombre del campo, con el paisaje y con el autoabastecimiento en esta tierra, así pues esperemos que la fiebre privatizadora de la gestión del agua en los ayuntamientos cambie de rumbo pero también se imponga una cultura del buen uso de la misma, de los limites en los derroches (valga como referencia, que la ONU propone un mínimo de 40 litros por hab/día, mientras aquí superamos los 150 litros). Mirar para los “agua mangantes” de la Plaza Weyler es alejarnos de la realidad que nos toca vivir hoy, pues lamentablemente gran parte de los nietos de los que hicieron las galerías y pozos en las islas, no saben apenas de la historia del agua en la tierra y en muchos casos tampoco donde está la galería o el pozo que construyo su abuelo, ahora nos toca otra cultura y otro compromiso en la que el agua, la tierra y el buen uso de ambas, requiere un esfuerzo individual y colectivo de nuestros jóvenes y responsables públicos, así como de toda la población, más allá de tópicos, la cultura del esfuerzo, el trabajo y de la solidaridad ambiental y social deben ser referencia en el compromiso para el futuro de esta tierra.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA

DIARIO DE AVISOS, 30 de Marzo de 2014

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