sábado, 16 de marzo de 2013

¿Icod de los Trigos o Icod de las Papas?


Si hacemos un recorrido entre Icod del Alto, Tierras de Mesa en San Juan de La Rambla y la zona de Topete en La Guancha se aprecia una situación optimista; la piel de la isla parece que sale del letargo y del espejismo vivido en los últimos años.
El salto cualitativo y cuantitativo en este paisaje agrario es importante; sin lugar a dudas, es el territorio de Tenerife en el que más se han transformado los bardos de zarzas, espinos, tojos, helecheras, etcétera, en tierras de cultivo. Posiblemente, ahora tengamos la mayor superficie labrada que ha tenido este territorio en los últimos treinta años. La morfología del paisaje vuelve a lo que fue; el antaño agrario de las medianerías del norte de Tenerife. Gran parte de la siembra tiene que ver con semillas de la tierra: papas bonitas, trigo y millo de la tierra, chochos; otras partes con papas importadas de las islas británicas, lo que llamamos en Tenerife papas de casta, king edward, roster, cara, etcétera, así como otras variedades locales: ojo de perdiz, azucena, venezolana y otras. Otros cultivos incluyen las variedades de millo y trigo del país. Falta, sin embargo, la avena negra, tan importante en la historia agraria de la zona. Todo esto tras un año de sequía como lo fue el pasado; numerosos agricultores consideraban que no íbamos a disponer de semillas para los próximos años por la falta de lluvias en el invierno y la primavera y las escasas visitas del mar de nubes de los alisios. Gracias a todo el ingenio y el esfuerzo de nuestros campesinos se ha logrado una cifra significativa de semillas de la tierra. La limpieza de los campos es una garantía para la defensa en el próximo verano de los incendios dado los importantes cortafuegos que son las tierras labradas, que no hace tanto eran centros de propagación de conatos un día sí y otro también. El cultivo en hojas tradicional es una cultura de antaño en los campos de hoy. A diferencia de lo que ocurre en la zona alta del Valle de La Orotava, donde existe monocultivo casi exclusivo de papas, aquí tiene un peso significativo la cultura en hojas. Gran parte de los cultivos están cultivadas a tres o cuatro hojas: papas, trigo, chochos y en algunos casos manchón con avena.
Esta sabia cultura es una garantía para luchar contra la polilla guatemalteca y mantener la fertilidad de los suelos. Hay que dar la enhorabuena a nuestros agricultores y a la Agencia Agraria de nuestro Cabildo, que ha logrado incorporar un aspecto básico en los equilibrios ambientales en la agricultura. La incorporación de jóvenes es efectiva en gran parte de la actividad agraria de la zona. Son jóvenes con sus respectivos maestros, fuente de sabiduría fundamental en el mundo rural. Se ha dado un paso enormemente positivo en este oasis agrario y cultural en las medianías del norte de Tenerife. El papel jugado por el Cabildo en las mejoras de red de riego en numerosos puntos de la zona, así como una red de pistas con firme de cemento, han mejorado enormemente las condiciones de trabajo. A ello se une la disponibilidad de una máquina cosechadora para los cereales. Ahora el reto del verano es la mejora de la comercialización para conseguir los tan merecidos ingresos de este colectivo de agricultores. Con casi toda seguridad, si el tiempo lo permite, se va a proporcionar un volumen importante de papas, trigo y millo cosechadas en esta tierra, haciéndonos menos dependientes del exterior. La adquisición por parte del molino de gofio de Martín Mesa de trigo y de millo local es una garantía económica para los agricultores y de calidad alimenticia y de paladar para nuestra población. La tierra está muy repartida, en minifundio. La mayor parte de las pequeñas fincas están cultivadas, en muchos casos suponen más de la mitad del paisaje. Han quedando como tierras balutas las fincas de propietarios alejados de la zona o absentistas. En ellas no hay compromiso ni ambiental ni social de sus propietarios con los habitantes locales; así en Icod del Alto hay una finca de más de cien hectáreas cubierta de malezas, siendo un foco de plagas e incendios, por no hablar del papel social que pudieran jugar estas tierras balutas si estuviesen cultivadas. El norte de Tenerife es la mayor referencia actual de cultivo de papas bonitas en toda Canarias, sin minusvalorar los sembrados de trigo, millo y chochos. Este paisaje es un oasis, un foco de luz en el campo tinerfeño, que puede ser una referencia de futuro en la que el campo es posible y necesario. La incorporación de jóvenes al sector primario, colectivo que planta y siembra, es una apuesta por un futuro menos dependiente de una alimentación basada en productos dumping que entran por nuestros puertos. Ésta es una zona que tiene en su historia el haber sido una de las primeras localidades de Canarias en las que se cultivaron papas como un maná para superar las hambrunas. Esperemos que esa lectura bíblica no se repita en estas ínsulas y para ello hemos de hacer un esfuerzo en la cultura y el trabajo de nuestro medio rural.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 16 de Marzo 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario