Leemos con preocupación las propuestas del Gobierno
autonómico sobre el futuro del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC). No hay
duda de que la situación económica nos obliga a todos a reducir costes y a
priorizar los gastos, máxime tratándose de dinero público.
Sin embargo, el papel que realiza el ITC es algo básico y
que tenemos que cuidar por las siguientes razones. Se trata de un centro de
investigación que realiza una importante labor en asuntos como nuestra
alimentación, así como un seguimiento de la calidad de los productos agrícolas
que enviamos al exterior. Allí se realiza un análisis y seguimiento de los
residuos de productos fitosanitarios que contienen nuestros alimentos. Gran
parte de las plagas y enfermedades que se han propagado en los últimos años en
nuestro campo han tenido que ver con un débil y precario control fito-sanitario
en nuestros puertos y aeropuertos. La labor del ITC ha contribuido a un mejor
conocimiento de los peligros y los problemas que subyacen en el sector
agroalimentario de las islas.
El ITC no es solo un centro de investigación teórica, sino
que tiene utilidad social en el día a día. En los tiempos que corren, hay que
defender la utilidad de los laboratorios del ITC. Son laboratorios construidos
y equipados con las últimas tecnologías y se encuentran en un espacio mantenido
por la Consejería de Agricultura. Están acreditados ante la ENAC (único
organismo español capacitado para ello), y reconocidos por la comunidad técnica
canaria.
Actualmente, el ITC tiene clasificados once cultivos
insulares, de manera que puede garantizar los niveles de calidad de los
siguientes productos agrícolas canarios: papas, lechugas, cebollas, tomates,
pimientos, papayas, zanahorias, uvas, calabacín, puerro, y plátanos por la vía
líquida.
Es bueno que valoremos la importancia de este centro en una
sociedad que habita en un entorno frágil ante las enfermedades y otros
problemas tropicales y del resto de mundo. Las amplias importaciones de
productos de países en vías de desarrollo, donde los controles fitosanitarios
son muy débiles, y en los que hay un uso poco controlado de agroquímicos y
pesticidas, nos obligan a extremar las precauciones, tanto por nuestra propia
salud como por la lucha contra nuevas plagas. La calidad del trabajo de los
laboratorios de control y supervisión es básica y fundamental.
Tenemos que recordar los incidentes ocurridos en el pasado,
como por ejemplo las llamadas vacas locas o los problema con las hortalizas
españolas en centro Europa debidos a la bacteria E. coli. Desde los Urales hasta
La Restinga, hubo problemas con el consumo de verduras, particularmente
pepinos. La solvencia de los laboratorios implicados es clave para garantizar
no solo la calidad de los que comemos sino fundamentalmente para la salud de
las personas.
La globalización trae considerables beneficios, pero también
peligros para una sociedad altamente dependiente como la nuestra, con un medio
geográfico limitado y atomizado como el canario. Es prioritario que contemos
con un centro acreditado, dotado de medios y con un personal científico y
profesional que nos garantice unos controles y análisis rigurosos sobre los
productos que importamos y exportamos. No se puede estar de acuerdo con que se
realice un ERE con el personal que tiene esta importante misión, máxime alegando
razones económicas. Los recortes habría que realizarlos en aquellas partidas
que no tengan la importancia social que tiene el ITC.
Esperemos que el Gobierno de Canarias realice el máximo
esfuerzo tanto para mantener el equipo humano como las instalaciones referidas.
Se debe también coordinar lo mejor posible con el Gobierno central para dotar
de recursos económicos el control de plagas y enfermedades, al ser las Islas
puerta de entrada a España y Europa de numerosos productos agrícolas y
ganaderos.
Los análisis que buscan residuos de productos fitosanitarios
en los alimentos son fundamentales para cumplir los estándares de calidad
nacionales y europeos. Ésta es la única forma en que se puede garantizar que
los alimentos que consumimos actualmente en Canarias y aquellos que exportamos
no generen riesgos. Defendamos la salud de todos, defendamos el ITC.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 5 de Enero de 2014
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