Vivimos en una sociedad que habla de economía las 24 horas
del día. Las palabras rentabilidad, crecimiento económico, producto interior
bruto (PIB), etcétera, son términos de uso diario. Sin embargo, cada día vemos
más problemas sociales en nuestras calles de personas y de colectivos que saben
poco del PIB pero sufren y padecen las carencias de una sociedad individualista
y muy egoísta.
La alimentación de nuestra gente es cada día un problema mayor. Comienza a
escasear la comida para amplios colectivos que no consiguen dinero para
adquirirla. El paro y los problemas sociales son mucho más que meros números
como el déficit, la prima de riesgo o los tipos de interés. Hay una
rentabilidad social y ambiental que hemos descuidado dando por hecho que
nuestro proyecto de futuro es la sociedad de consumo, la american way of
life.
Aquí en Canarias la europeidad, los modelos importados de
Bruselas y Madrid nos han traído muchos espejismos, olvidando gran parte de la
realidad de nuestros campos y nuestras Islas. Nuestros jóvenes sueñan con un
progreso alejado del ayer y de la situación social y geográfica de este
territorio. En estos momentos en que se está planteando el nuevo Régimen
Económico y Fiscal (REF) para las Islas, tenemos que separar la paja del trigo
y ver cuántas cosas podemos recuperar de un ayer que pueda ser simiente para el
mañana.
El REF tiene que ayudar a reconducir una situación en la que
al turismo, gran referencia social y económica de esta tierra, le tenemos que
incorporar un sector primario que casi ha desaparecido. Los dos millones de
canarios y los más de los once millones de visitantes anuales no sólo
demandamos sol y playa, también agricultura, ganadería, paisaje, campesinos,
medio ambiente. El turismo exige más calidad y cultura, un territorio
articulado en el que las carreteras, las vías de comunicación y los hoteles
hilvanen territorios con una sociedad viva.
Indudablemente, los puertos francos y el REF han supuesto
una gran mejora del nivel de vida de nuestro pueblo. Han creado un nivel de
bienestar, de servicio que jamás había tenido esta tierra; quizás por eso mismo
nos hemos alejado del sector primario, asociado a un pasado de pobreza,
emigración y miseria. Los años de prosperidad y mejoras sociales de todo tipo
que hemos disfrutado nos han hecho mirar hacia otro lado. Sin embargo, la
situación social y económica que nos toca vivir hace que debamos optimizar
todos nuestros recursos, sean del turismo, comercio, agricultura o posibles
relaciones con el continente africano. El sector primario se ha de potenciar,
para pasar a medio plazo de un raquítico 10% de autoabastecimiento a cifras que
superen al menos el 20%. El REF ha de ser un documento de gran consenso que
ponga acento a otra manera de hacer las cosas. El nuevo marco de relaciones
entre las Islas y la Unión Europea no puede tener dos varas de medir, como ha
ocurrido hasta ahora, con un sector primario marginal, huérfano de toda
protección y un sector servicios que ha campado a sus anchas.
Las importaciones de alimentos en situación dumping o
sin aranceles para importaciones de terceros países han significado que
Canarias haya sido en parte un vertedero al que ha llegado gran cantidad de
excedentes alimentarios sin la menor consideración con la producción local. Las
40.000 toneladas de carne importadas anualmente con arancel cero no pueden
continuar. Debemos proteger a nuestros ganaderos de las importaciones
indiscriminadas con las que no hay competencia posible. Se añade a esta
situación que estamos aplicando unas normativas comunitarias muy rígidas para
la producción local, como, por ejemplo, la Ley de Bienestar Animal, que se
aplica en nuestros mataderos y granjas, pero que se olvida para las partidas de
importación que son mayoritarias en el consumo de las Islas.
Los mataderos insulares son un ejemplo de la situación en
Canarias: la entrada en la Unión Europea obligó a cerrar los mataderos
municipales quedando en cada isla sólo un matadero insular. Las situaciones
sanitarias y técnicas mejoraron, pero encareciendo el servicio, tanto por los
mayores controles como por el tamaño de las instalaciones, propias de ámbitos
continentales.
Son siete mataderos obligatorios e infrautilizados para una
producción que no alcanza las quince mil toneladas al año, pese a que el
consumo en las Islas supera las cien mil toneladas. Se añade al problema el que
las importaciones de animales vivos para recría han sido suspendidas y las
grandes superficies se abastecen básicamente con sacrificios hechos en el
exterior, incluso pagando un arbitrio insular de entrada de mercancía (AIEM).
El REF ha de crear condiciones para la potenciación de
producciones propias que nos hagan menos dependientes y que cuenten con la
circunstancia insular canaria. Las leyes de la Unión Europea han de aplicarse
potenciando todos los recursos que se disponen en las Islas. El caso de la
ganadería y los mataderos es un ejemplo de que la estabilidad social y
demográfica en esta tierra pasa por optimizar todos los recursos. La política
económica, el comercio y el turismo han de estar coordinados con lo local, lo
insular. El libre comercio no tiene que ser incompatible con la producción
local.
La ganadería y la agricultura pueden generar puestos de trabajo
y estabilidad social y poblacional en numerosos puntos del Archipiélago.
Busquemos un nuevo REF que sea un documento que siembre alternativas para un
futuro más sostenible.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
DIARIO DE AVISOS, 19 de Enero de 2014
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