domingo, 8 de noviembre de 2015

El empleo y la producción local de alimentos

La producción local de alimentos es uno de los aspectos más olvidados de nuestra sociedad. Ponemos siempre el ojo en las etiquetas del súper, y nos quejamos amargamente cuando algún producto básico sube de precio, pero no dedicamos ni un minuto a pensar en qué condiciones nos venden, distribuyen y producen lo que comemos en las Islas. La producción local puede generar puestos de trabajo, estabilidad social, animar la economía insular..., y es a la vez más sostenible medioambientalmente. Importamos por habitante anualmente más de 45 kilogramos de carne y más de 80 litros de leche. Estas importaciones son en su mayoría sin aranceles o con ayudas del REA, situación que no tiene parangón en la UE ni en ningún país desarrollado.

Nuestros ganaderos, ante una situación tan adversa, se han convertido en auténticos héroes. Mantienen una importante cabaña ganadera en las Islas, que produce más de 20 millones de kilogramos al año, más la importante producción de leche y queso, que genera miles de puestos de trabajo. Añaden además abono a nuestros campos y retiran un volumen importante de pastos, con lo que limpian y mantiene nuestras medianías y áreas forestales. La ganadería también desempeña un papel fundamental de arraigo en las zonas rurales, y es freno al despoblamiento.

Hemos de aplicar aranceles a las importaciones desde terceros países, tal y como se hace en la UE. No podemos mantener a Canarias como un vertedero de productos alimentarios que no pasan los controles aquí establecidos ni reúnen ninguna de las condiciones que pedimos a los agricultores canarios, desde los aspectos sanitarios hasta los incluidos en la Ley de Bienestar Animal. La producción local no puede competir con productos vendidos por debajo incluso de los costes reales de transporte desde sus lugares de origen. Las importaciones de excedentes del mercado de la UE han de controlarse para que no revienten precios en clara competencia desleal.

Hemos de mejorar la relación de nuestros pastores con el medio ambiente. El pastoreo, debidamente controlado, es una herramienta de prevención de los incendios, aportando actividad económica y empleo a nuestras zonas rurales.

Los más de 200 millones de kilogramos de productos lácteos que importamos en Canarias, en muchos casos de dudosa calidad, pueden sustituirse por la importación de forrajes, potenciando nuestra ganadería, añadiendo puestos de trabajo y mejorando la gestión de nuestro medio ambiente.

El paisaje de las Islas y nuestra gente necesitan un modelo económico más sostenible. Hemos de redistribuir los recursos del REA, controlando las importaciones con aranceles y los precios por debajo de coste. Apoyar a nuestro sector primario es apoyar a nuestra gente, generando una actividad económica tan necesaria en estos momentos, con mejor equilibrio social, un modelo económico más diversificado y una menor dependencia.

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