Sean estas palabras de
encuentro y de reflexión en una ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Aquí en La Laguna las manifestaciones religiosas, culturales, el
folclore y la cultura del ayer, el artesano el hortelano y el
labrador tienen mucho que decir.
San Benito fue
propuesto como patrón por el gremio de los labradores implorándole
lluvia en el año 1535 ante la pérdida de la cosecha por la sequía
de dicho año. En La Laguna se continúa sembrando los secanos de las
zonas de medianías, mientras las costas, los baldíos y los genetos
quedaban como zonas de pastos.
En los años cuarenta
del pasado siglo, tras la Guerra Civil con sus secuelas de
racionamiento, estraperlo, y fielatos en Las Canteras y San Benito,
llegó el agua con el canal de Araca desde la vecina Candelaria,
incorporándose años después el canal Río Portezuelo, desde las
cumbres de Arafo.
Estos acontecimientos
cambiaron la economía y la sociedad laguneras. En primer lugar, la
población comenzó a disponer del líquido elemento; no olvidemos
que hasta entonces el abastecimiento de agua era muy precario, con
los pobres aportes del Llano de Los Viejos, con capacidad de atender
la demanda de poco más de 2.000 personas. La Laguna disponía hasta
entonces también de algunas fuentes públicas: Tanque de Arriba y
Tanque de Abajo, estando el resto de barrios con gran carencia.
El nacimiento de la
romeria en los últimos años de la década de los años 40,
institucionalizada en la década de los 50, coincide justo cuando La
Laguna se convierte en el municipio con mayor superficie agrícola de
Tenerife y de Canarias, precisamente gracias al agua. A partir de ese
momento se establece un periodo de auge de la agricultura de regadío
y la llegada de agua apta para beber en los hogares laguneros. La
Romería nació pues regada por las más de mil pipas por hora del
Canal de Araca, agua que pronto baja por el Portezuelo hacia Valle de
Guerra y La Punta del Hidalgo, alcanzando San Diego y los valles, y
genetos; el burro, animal de compañía hasta entonces, que cargaba
con dos barriles de 32 litros deja de acompañar a los laguneros por
los caminos.
Pronto esta Romería
se convierte en Romería Comarcal, que junto con la del Socorro en
Güímar, son las manifestaciones folclórico-culturales de mayor
arraigo de la Isla. San Benito tiene raíces agro-ganaderas de
campesinos que hacen surcos en las proximidades de la ermita; domina
el traje de mago, no el disfraz de mago. Aquí las vacas estuvieron
en las calles de San Agustín y Maya hasta hace pocos años, por no
hablar de las de Mateo en el Tanque de abajo. Los vecinos han tenido
una pituitaria tolerante a las vacas ante conflictos entre los
ganaderos y los vecinos con cultura urbanita que quieren vivir en el
campo sin vacas, gallos, ni moscas.
Gracias al agua se
produce la transformación de La Laguna del pasado, con una economía
de agua en aljibe, pozos y escasos manantiales casi inexistente para
la agricultura. Desde el Camino La Villa, San Lázaro o San Diego, se
solía llevar a los vecinos agua al otro lado de la ladera, en la
Fuente de los Álamos, Fuente de los Cuervos y Fuente Mulato.
La transformación fue
radical: se pasó de las 8 ó 10 pipas por hora del manantial del
Llano de los Viejos a las más de 1.000 pipas por hora que traía el
Canal de Araca, desde Araya (Candelaria) entrando en Los Rodeos a
partir de 1.932. Posteriormente se une el de Río Portezuelo que va a
mojar la piel del municipio hasta Punta del Hidalgo.
Desde el año 1938 La
Laguna era el segundo municipio en tomates de Tenerife, solo superado
por Güimar. En los mismos años La Laguna tenía solo el 3% del
cultivo de plátanos de la Isla de Tenerife, mientras que La Orotava
tenía el 25%. Ya en 1960 supera las 400 hectáreas de plátano, con
más del 10% de lo cultivado a nivel insular.
Al mismo tiempo, en la
misma década de los 60 La Laguna tenía más de 1.600 hectáreas de
regadío, cuando en 1950 apenas tenía unos cultivos de tomate en
Valle de Guerra o en las zonas de riego entre Tejina y Porlier.
Además, continuaba manteniendo más de 2000 hectáreas de cultivo de
secano, siendo, sin duda, el mayor municipio agrario de Canarias en
ese momento.
La Laguna se ha
mantenido como principal municipio agrario de Canarias con más de
4.000 hectáreas cultivadas, disponiendo de regadío en algo más de
1.700 hectáreas.
A la agricultura de
regadío se unen los invernaderos, la horticultura, floricultura,
plantas ornamentales, etcétera. La cultura agraria no solo echó
raíces, trayendo puestos de trabajo, sino que enriqueció la
agroganadería convirtiéndola en la principal localidad de vacunos
en Tenerife. Se han potenciado los deportes autóctonos y otras
actividades relacionadas con los usos tradicionales y la artesanía.
Sigue siendo la principal comarca en cultivo de cereales, tanto por
la producción de grano como para forraje para el ganado.
En el plano ganadero
en la actualidad el municipio tiene más del 40% de las vacas de
Tenerife. Hemos de felicitar a los laguneros, que han sido tolerantes
con las granjas de vacuno; felicitemos también al presidente de
Agate, Pedro Molina y a Telesforo, ganadero y artesano, que hacen
posible con su entusiasmo, su entrega y su trabajo de años que esta
fiesta no pierda su esplendor, manteniendo una importante superficie
de cultivo, que esperemos que para la próxima Romería sigan
creciendo en superficie de labranza
Las fiestas de San
Benito destacan por su lado religioso y cultural, y sobre todo
dignifican el mundo rural, algo tan necesario en los tiempos que
corren. La Laguna mantiene la Romería por excelencia del mundo rural
de Tenerife, junto a la romería del Socorro en Güímar.
Estos “surcos”
quieren ser también de respeto y agradecimiento a nuestros
agricultores y ganaderos y a quienes han hecho posible las galerías
y canales tan poco reconocidos en esta isla, como el citado Canal de
Araca, uno de los más importantes de Canarias que, desde las laderas
de Igueste de Candelaria, recorre esa dura orografía para llevar el
líquido elemento hasta Punta de Hidalgo, con unos canales que aún
se ven colgados desde los acantilados, que se alarga por el Nordeste
hechos a base de esfuerzo y tesón.
Los canales de Araca y
Río Portezuelo deben ser referencias en nuestra cultura, referencias
de economía, trabajo y compromiso en una sociedad más solidaria en
la que el campo y la ciudad no estén separados por muros o por
acantilados sociales, con leyes de espaldas al campo y a los
campesinos. El traje de mago y el folclore deben ennoblecer nuestra
idiosincrasia y encontrarnos con el ayer y el mañana, en un campo y
en una ciudad más integrados, más solidarios, como de hecho,
ocurría en La Laguna en los años 50, tiempos en los que las vacas,
cabras y ovejas paseaban y dormían en establos en calles tan
relevantes como San Agustín y Maya. No podemos tener un marco de
leyes teóricas que no dan espacio ni a que los gallos pongan en hora
el despertador en la madrugada canaria.
Social y
ambientalmente, el canal y la galería de Araca son también una
lección de otra manera de hacer las cosas, ya que hoy no aportan
agua. La galería más importante de Tenerife hasta el año 1990, que
aportó 180 millones de m3, hoy está seca por la ambición a corto
plazo; nuestra naturaleza la hemos de tratar con mucho respeto y
cariño.
¡Feliz Romería y
Felices Fiestas a todos!
Viva San Benito Abad
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