domingo, 7 de junio de 2015

El arado y los ayuntamientos

Los municipios han sido instituciones básicas, tanto en el plano social y ambiental como de elemento de cohesión territorial. Los pósitos y alhóndigas fueron ejemplos de la implicación de los ayuntamientos en la economía de los vecinos.

Es el caso de la Alhóndiga de Tacoronte (1618 - 1985), que fue banco de semillas y alimentos y sirvió para la gestión de tierras comunales. En los últimos años, se ha potenciado el urbanismo y los, asuntos sociales, olvidando al sector primario, que ha quedado al margen de la preocupación política municipal, de tal manera que la mayoría de los municipios canarios de hecho no han tenido concejal de Agricultura y Ganadería, careciendo tanto de presupuesto para tal actividad como de leyes y, por tanto, estando al margen del medio rural.
Cualquier mejora en el medio rural es penalizada con tasas y papeleo, desde desbrozar una parcela cubierta de tabaibas, aulagas o brezos a simplemente levantar una pared que se caiga, por no decir un arrimo para cabras, gallinas o cochinos (gran parte de los ganaderos están al margen de las leyes), La próxima semana se constituyen los ayuntamientos, y espero que haya aptitud hacia un modelo más solidario con el campo y los campesinos, pero sobre todo más sostenible, que armonice hombre y naturaleza, en el que cortemos con una historia de olvido y marginación hacia el mundo rural, con unas leyes que atiendan las demandas de los campesinos, que dignifiquen el campo, que articulen lo urbano y lo rural, que corten la hemorragia que sufre nuestra gente en sus ilusiones hacia el agro, en el que se incorporan importantes competencias cedidas o usurpadas por otras administraciones.
¿Quién arará la tierra? En una lectura de lo que ocurre en el medio rural, no solo vemos un empobrecimiento humano, una crisis sin relevo generacional; no solo vemos un envejecimiento demográfico de las zonas rurales, un desfase entre población y actividades agroambientales, en el que la actitud de la Administración hacia los problemas sociales no incorpora activos que puedan mejorar el aparato productivo y ambiental, generando un mayor equilibrio entre población, recursos y territorio. La alternativa no está solo en poner los recursos en los asuntos sociales, sino que pasa por comprometemos con los que tienen posibilidades para trabajar en una sociedad más sostenible. Las partidas sociales han de potenciar la incorporación a la actividad productiva. Para ello existen varias herramientas que potencian actividades en el medio rural, desde huertos escolares, bancos de tierras, mercados de agricultores, cooperativas de trabajo asociado, leyes que penalicen los terrenos balutos, etcétera. Las PCI (Prestación Canaria de Inserción), con 30 millones de euros al año, han de hacer un uso diferenciado entre cubrir las necesidades sociales más inmediatas y comprometemos con un modelo de futuro más sostenible. Como dijo Confucio hace 2.000 años, "dale un pescado a un hombre y comerá un día. Enséñalo a pescar y comerá toda la vida".

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
El Día, 7 de Junio 2015

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